Un vibrador es un tipo de juguete erótico diseñado para obtener placer a través de la estimulación genital. Con el paso del tiempo, se han ido creando modelos de diferentes formas y más ergonómicos que se han adaptado anatómica y funcionalmente a la fisiología genital, incorporando también distintos colores y otras formas que juegan con los morbos y con las fantasías de quienes los utilizan. Ha supuesto una revolución para la libertad sexual y un reconocimiento al placer erótico y a la incorporación de la tecnología para su consecución.
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El origen de los vibradores se remonta a 1880, cuando fueron creados para tratar la llamada "histeria femenina". Debido a la concepción machista y androcéntrica de la sexualidad y de la sociedad, muchas mujeres reprimían su deseo sexual. Algunas presentaban una sintomatología causada, además de por la represión sexual a la que eran sometidas, por otras circunstancias biopsicosociales. Esas circunstancias, junto con las creencias sexistas sobre los comportamientos que eran adecuados o no en las mujeres y la concepción sobre las mujeres en general, llevaron a la invención del término "histeria femenina" y a usarlo para designar una supuesta enfermedad femenina.
Las mujeres que presentaban esa sintomatología concreta iban a la consulta del médico, que las estimulaba a través del vibrador hasta que se "calmaban", es decir, hasta que tenían un orgasmo. En aquella época, la práctica sexual por excelencia era aquella que se dirigía a la reproducción y a la estimulación directa del pene, o sea, la penetración vaginal. Por ello, muchas mujeres en sus relaciones de pareja no llevaban a cabo la estimulación del clítoris y, en consecuencia, no tenían orgasmos.
También se defendía que las mujeres que tenían orgasmos a través de la estimulación del clítoris eran sexualmente inmaduras y que lo normal, sano y adulto era tener orgasmos mediante la estimulación de la vagina. Hoy en día, gracias a la Sexología, se sabe que el clítoris es fundamental para tener orgasmos, tanto por estimulación directa como indirecta, a través de otros objetos o masajeando cerca de él. De hecho, su única función hasta hoy conocida es precisamente dar placer, si bien hay personas que también tienen orgasmos mediante la estimulación vaginal, especialmente del punto G (que se encuentra en la vagina, cerca de la entrada y en su cara anterior) y de la estimulación de otras partes del cuerpo como, por ejemplo, los pezones. Incluso hay personas que tienen orgasmos solo con fantasía o realizando movimientos pélvicos y presionando los muslos (cruzando las piernas y "apretando", por ejemplo). Hay teorías que defienden que las raíces del clítoris son en realidad el punto G, estimuladas indirectamente a través de la vagina.
Existen diferentes tipos de vibradores: clitoriales; de punto G (se introducen en la vagina, tienen formas específicas para estimularlo y pueden tener también un estimulador externo para el clítoris); de punto P (se introducen en el ano de los hombres para estimular el punto G masculino o punto P, cerca de la próstata); anales (se introducen en el ano); simples (se introducen en la vagina y son rectos); dobles (se introducen en la vagina y a la vez tienen otra parte que queda fuera y, o bien estimula el clítoris o se introduce en el ano, según el juguete); y masajeadores (para masajear el clítoris o la vulva en general y el perineo). Los vibradores también se pueden utilizar para masajear cualquier parte del cuerpo, si bien algunos están diseñados ergonómicamente para zonas específicas.
Pueden tener un tipo de vibración o varias, con distintas intensidades y ritmos para producir sensaciones diferentes según el gusto y el grado de excitación de la persona. Están hechos de diferentes materiales, aunque hoy en día el más utilizado por ser más agradable al tacto para mucha gente, saludable e higiénico es la silicona.
Es importante decir que los juguetes eróticos no son un sustitutivo de otras prácticas sexuales o de relaciones sexuales con otras personas, aunque a veces se viva como tal. Igualmente, los vibradores vaginales o anales no son sustitutivos del pene, sino juguetes diseñados para la anatomía y fisiología de la vagina y del ano y, en este sentido, tampoco son consoladores, sino más bien disfrutadores. Son complementarios a la sexualidad tanto individual como compartida.
Referencias
Rachel P. Maines: "La tecnología del orgasmo. La «histeria», los vibradores y la satisfacción sexual de las mujeres" (milrazones, 2010).
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¿Qué es?
Un vibrador es un tipo de juguete erótico
diseñado para obtener placer
a través de la estimulación genital.
Ha supuesto una revolución para la libertad sexual
y un reconocimiento al placer erótico
y a la incorporación de la tecnología para lograrlo.
¿Cómo ha evolucionado?
Con el paso del tiempo, se han ido creando modelos
de diferentes formas y más fáciles de usar
que se han adaptado a la anatomía y a la fisiología genital.
También han incorporando distintos colores
y otras formas que juegan con los morbos
y con las fantasías de quienes los utilizan.
El origen de los vibradores se remonta a 1880,
cuando fueron creados para tratar la llamada “histeria femenina”.
Debido a la concepción machista y androcéntrica (centrada en los hombres
unicamente) de la sexualidad y de la sociedad,
muchas mujeres no expresaban su deseo sexual.
Sus síntomas podían ser causados por:
- la represión sexual a la que eran sometidas
- otras circunstancias biopsicosociales.
Esas circunstancias, junto con las creencias
de cómo se debían de comportar las mujeres
y la concepción sobre las mujeres en general,
llevaron a inventar el término “histeria femenina”.
Se usaba para designar una supuesta enfermedad femenina.
Las mujeres que presentaban esos síntomas concretos
iban a la consulta del médico,
que las estimulaba a través del vibrador hasta que se “calmaban”,
es decir, hasta que tenían un orgasmo.
En aquella época, la práctica sexual mayoritaria
era aquella que se dirigía a la reproducción y a la estimulación directa del pene,
o sea, la penetración vaginal.
Por ello, muchas mujeres en sus relaciones de pareja
no llevaban a cabo la estimulación del clítoris
y, en consecuencia, no tenían orgasmos.
También se defendía que las mujeres que tenían orgasmos
a través de la estimulación del clítoris
eran sexualmente inmaduras
y que lo normal, sano y adulto era tener orgasmos
mediante la estimulación de la vagina.
¿Cómo es hoy en día?
Gracias a la Sexología, se sabe que el clítoris
es fundamental para tener orgasmos,
tanto por estimulación directa como indirecta,
a través de otros objetos o masajeando cerca de él.
De hecho, su única función hasta hoy conocida
es precisamente dar placer.
También hay personas que tienen orgasmos
mediante otras estimulaciones como:
- la estimulación vaginal, especialmente del punto G
(que se encuentra en la vagina, cerca de la entrada y en su cara anterior).
Hay teorías que defienden que las raíces del clítoris
son en realidad el punto G, estimuladas indirectamente a través de la vagina.
- la estimulación de otras partes del cuerpo
como, por ejemplo, los pezones.
- con fantasía o realizando movimientos pélvicos y presionando los muslos
(cruzando las piernas y “apretando”, por ejemplo).
Existen diferentes tipos de vibradores:
- clitoriales; de punto G (se introducen en la vagina,
tienen formas específicas para estimularlo
y pueden tener también un estimulador externo para el clítoris)
- de punto P (se introducen en el ano de los hombres
para estimular el punto G masculino o punto P, cerca de la próstata)
- anales (se introducen en el ano)
- simples (se introducen en la vagina y son rectos)
- dobles (se introducen en la vagina
y a la vez tienen otra parte que queda fuera
y, o bien estimula el clítoris o se introduce en el ano, según el juguete)
- masajeadores (para masajear el clítoris o la vulva en general y el perineo).
¿Cómo se usan?
Los vibradores también se pueden utilizar
para masajear cualquier parte del cuerpo,
si bien algunos están diseñados con formas adaptadas
para zonas específicas.
Pueden tener un tipo de vibración o varias,
con distintas intensidades y ritmos
para producir sensaciones diferentes
según el gusto y el grado de excitación de la persona.
Están hechos de diferentes materiales,
aunque hoy en día el más utilizado
por ser más agradable al tacto para mucha gente,
saludable e higiénico, es la silicona.
Es importante decir que los juguetes eróticos
no sustituyen otras prácticas sexuales
o de relaciones sexuales con otras personas,
aunque a veces se viva como tal.
Igualmente, los vibradores vaginales o anales no sustituyen el pene,
sino que son juguetes diseñados para la anatomía y fisiología de la vagina y del
ano y, en este sentido, tampoco son consoladores, sino más bien disfrutadores.
Son complementarios a la sexualidad tanto individual como compartida.