El concepto "brecha digital" se utiliza para señalar las desigualdades en el acceso a las nuevas tecnologías por parte de diferentes grupos sociales: personas de países empobrecidos y enriquecidos; de contextos urbanos y rurales, etc. La brecha digital de género analiza por tanto por qué las mujeres siguen (en términos globales, y también en el caso del Estado español) conectándose a Internet en menor medida y con menor frecuencia que los hombres, así como su menor alfabetización en usos avanzados.
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Gusi Bertomeu, directora de E-mujeres, señala causas como la menor incorporación de las mujeres al mercado laboral, que trabajan en entornos menos informatizados, que disponen de menos tiempo y dinero para poder disfrutar de conexión a internet, que atribuyen una menor utilidad a la Red y que en los hombres se fomenta más la afición a la tecnología. Muchas mujeres -añado- asocian internet al ocio y entretenimiento, un derecho que a menudo no defienden en la misma medida que los hombres, por lo que priorizan actividades que consideran más importantes que ponerse a navegar por la Red.
En el caso de las redes sociales, el 57% de los perfiles de Facebook y de Twitter en todo el mundo corresponden a mujeres, aunque en el Estado español los hombres son mayoría. En todo caso, las mujeres rara vez aparecen en los ránquines de las cuentas de Twitter más influyentes, populares o con más seguidores. Por ejemplo, en el listado de los y las 50 periodistas más influyentes en Twitter, sólo aparecen 13 mujeres (destaca Ana Pastor en el número dos, superada solo por Pedro J. Ramírez). Por tanto, se puede hablar de un techo de cristal que obstaculiza que las mujeres sean consideradas como referentes y líderes de opinión en las redes sociales.
En este techo de cristal intervienen elementos como la mayor presencia y protagonismo de los hombres en áreas populares en Twitter, como la política, el deporte, la tecnología o el humor, así como la menor disponibilidad (en términos generales) de las mujeres para interactuar con la frecuencia y la agilidad que exige esta red social. Pero creo que este techo de cristal puede atribuirse también a un menor aprovechamiento de las redes sociales como instrumento de promoción personal y profesional. Hacerse o no "autobombo" está relacionado con la autoestima, el empoderamiento y el afán de notoriedad (otro debate sería si el estilo masculino nos parece el imitable, o cuál es la frontera entre el empoderamiento y la egolatría), aspectos que se ven minados por los ataques machistas que reciben las mujeres públicas en una comunidad digital que no está exenta del sesgo de reconocer, respetar y admirar más a los varones.
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Brecha digital de género
¿Qué es?
El concepto 'brecha digital' se utiliza para señalar las desigualdades
en el acceso a las nuevas tecnologías por parte de diferentes grupos sociales:
- personas de países hechos pobres y de países hechos ricos
- habitantes de la ciudad y del campo
- mujeres y hombres
La brecha digital de género analiza por tanto
por qué las mujeres siguen (en el mundo y también en el caso del Estado español)
conectándose menos a Internet que los hombres
y no saben hacer tantas cosas en Internet.
¿Por qué motivos?
Gusi Bertomeu, directora de E-mujeres, señala varias causas como que:
- hay menos mujeres que trabajan
- trabajan en entornos con menos aparatos de informática.
- disponen de menos tiempo y dinero
para poder disfrutar de conexión a internet
- no piensan que la Red es muy útil
- se anima más a los hombres a usar la tecnología
También, muchas mujeres asocian internet al ocio y entretenimiento
y no suelen defender el derecho a entretenerse como los hombres
porque tienen otras prioridades.
¿Qué pasa con las redes sociales?
Las mujeres tienen el 57% de los perfiles de Facebook y de Twitter
en todo el mundo, aunque en el Estado español los hombres tienen más.
En todo caso, las mujeres rara vez tienen las cuentas de Twitter más influyentes,
populares o con más seguidores.
Por ejemplo, en el listado de los y las 50 periodistas más populares en Twitter,
sólo aparecen 13 mujeres (destaca Ana Pastor en el número dos,
superada solo por Pedro J. Ramírez).
Por tanto, se puede hablar de un techo de cristal,
es decir una limitación disimulada del ascenso de las mujeres
que les impide ser consideradas como referentes y líderes de opinión
en las redes sociales.
¿Por qué ocurre?
- Porque los hombres tienen más presencia y protagonismo
en áreas populares en Twitter, como la política, el deporte,
la tecnología o el humor.
- Porque las mujeres están menos disponibles para intervenir tan rápido
y a menudo como requiere esta red social.
Además las mujeres no quieren usar las redes sociales
como instrumento de promoción personal y profesional.
No quieren hacerse tanta publicidad porque no tienen tan alta la autoestima,
ni tanto empoderamiento y deseo de ser famosas.
Tenemos que ver si a lo mejor ese modelo masculino nos conviene
y si el empoderamiento nos lleva al egocentrismo.
Las mujeres públicas reciben muchos ataques machistas en internet
porque también allí se reconoce, se respeta y se admira más a los varones.