El género, en tanto teoría y marco analítico, no es una construcción monolítica. Existe gran diversidad de enfoques y, por ende, de énfasis diversos. No todos quienes utilizan el análisis de género buscan transformar las desigualdades entre hombres y mujeres hacia una mayor equidad. Muchas veces hay un uso instrumental del enfoque de género y de las mujeres en el desarrollo. Se centra la atención en lo que las mujeres aportan al desarrollo y no en qué es lo que las mujeres quieren del desarrollo. No obstante, considerando a las mujeres como sujetos de derechos y que la meta final es la equidad de género, comprendemos que desde la perspectiva género se busca transformar las relaciones de género entre hombres y mujeres, las desigualdades que afectan a las mujeres y que todo ello tiene un sentido político.
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Desde este punto de partida, el análisis de género consiste en la recolección y examen sistemático y permanente de información sobre las diferencias de género y las relaciones sociales en orden a identificar, entender y modificar las inequidades basadas en el género. Considerar la perspectiva de género significa que esta es una dimensión fundamental en la diferenciación, estructuración y jerarquización de las sociedades, no sólo una variable más de análisis.
Desarrollar un análisis de género implica, por lo tanto:
- Contar con información desagregada por sexos (esta es una condición, no el análisis en sí)
- Elaborar indicadores de género
- Examinar cómo y por qué se producen las disparidades de género, su gravedad, sus causas y los medios aplicados o a aplicar para eliminarlas
El análisis de género permite dar cuenta de dos aspectos fundamentales:
- Diferenciación: diferencias en cuanto a actividades, recursos, habilidades, motivaciones y necesidades de hombres y mujeres.
- Desigualdad que se traduce en discriminación hacia el género femenino. En la mayoría de los contextos, las mujeres se encuentran en desventaja frente a los varones. Ocupan posiciones de menor importancia en distintos aspectos. Su valoración social es menor y su contribución económica en los hogares no es visibilizada. La disponibilidad, acceso y control de recursos/ beneficios no son iguales para hombres y mujeres. La capacidad de toma de decisiones de las mujeres está más restringida en comparación con la de los varones.
Un análisis de género puede ser llevado a cabo con distintas orientaciones metodológicas, que se traducen en sistemas analíticos y metodológicos para el trabajo aplicado. Estos sistemas analíticos son conceptualizaciones operacionalizadas para el trabajo de intervención social con mujeres y/o de género. Estas formas de conceptualizar la realidad y de pensar el género y el desarrollo inciden en las maneras que se proponen de intervenir la realidad. Por ello, es importante el examen crítico de los diversos marcos analíticos, ya que cada uno de ellos destaca algunos aspectos dejando otros de lado y, por ende, sus fines y consecuencias son diversas.
El contexto histórico del cual derivan estos marcos analíticos se inicia con el decenio de Naciones Unidas para la Mujer (1975-1985). Se constituyen a partir de la evolución teórica acerca de las mujeres, que luego lleva al concepto del género, y de la trayectoria que sigue la problemática de las mujeres y el género en el ámbito de las intervenciones sociales o las políticas de desarrollo.
Respecto de la práctica del desarrollo se marcan dos etapas: 'Mujeres en el Desarrollo', iniciada en la década de los 70, y luego el llamado 'Género en el desarrollo', a partir aproximadamente de los 80. A su vez, dentro de estas tendencias generales se distinguen varios enfoques de cómo han sido y aún son incorporadas las mujeres en el desarrollo: bienestar, antipobreza, equidad (igualdad), eficiencia y empoderamiento. Estos enfoques no responden a un orden cronológico ni son mutuamente excluyentes y se mantienen hasta hoy en día de diversas maneras, según los actores que los implementen. Parte de estos desplazamientos en la práctica del desarrollo y la teoría incluyen a actores como organismos internacionales, estados, organismos no gubernamentales, movimientos de mujeres, feministas y organizaciones de base.
Valdés, Teresa: Igualdad y Equidad de Género: Aproximación Teórico-Conceptual. Herramientas de trabajo. UNFPA (2006).
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¿Qué es?
El análisis de género consiste en recolectar
y analizar toda la información sobre las diferencias de género
y las relaciones sociales.
Todas las causas que hacen que los hombres y las mujeres
no tengan un trato equitativo deben ser:
- identificadas
- entendidas
- modificadas
Las sociedades diferencian a las personas
según tienen más o menos poder.
El género es una manera de repartir ese poder
entre la humanidad.
Por eso, es muy importante tener en cuenta
la perspectiva de género
para entender cómo la sociedad se organiza.
¿Qué implica?
Desarrollar un análisis de género implica, por lo tanto:
- Contar con información dividida por sexos
para después analizarla.
- Elaborar indicadores de género
- Examinar:
- cómo y por qué se producen las diferencias de género
- su gravedad
- sus causas
- los medios aplicados o a aplicar para eliminarlas
¿Qué permite?
El análisis de género permite dar cuenta
de dos aspectos fundamentales:
- La diferenciación: las diferencias entre hombres y mujeres
en cuanto a:
- actividades
- recursos
- habilidades
- motivaciones
- necesidades
- La desigualdad: la discriminación hacia el género femenino.
Eso se traduce en la mayoría de los contextos
en el hecho que las mujeres se encuentran
en desventaja frente a los varones.
Por ejemplo:
- Ocupan posiciones de menor importancia
en distintos aspectos.
- Son menos valoradas socialmente.
- Su contribución económica en los hogares
no se hace visible.
- No tienen el mismo acceso y control de recursos
o beneficios que los hombres.
- No pueden tomar tantas decisiones como los varones.
¿Cómo se aplica?
El género se teoriza y se analiza de manera muy diversa.
Hay muchos planteamientos distintos y grados intensidad
en su aplicación.
Por ejemplo, hay:
- Quienes utilizan el análisis de género
pero no quieren hacer desaparecer las desigualdades
entre hombres y mujeres.
Usan y se aprovechan del enfoque “de género y de las mujeres
en el desarrollo” para otros objetivos.
No tienen en cuenta lo que las mujeres quieren.
Solo quieren beneficiarse de lo que aportan al desarrollo.
- Quienes consideran a las mujeres como sujetos de derechos
y tienen como objetivo final la equidad de género.
Buscan transformar las relaciones de género
entre hombres y mujeres.
Quieren eliminar las desigualdades que afectan a las mujeres.
Tienen un sentido político.
¿Cómo se enfoca?
El trabajo de “intervención social con mujeres y/o de género”
usa cierta metodología y cierto marco de análisis.
Conllevan una manera de entender la realidad
y de pensar el género y el desarrollo.
Según los conceptos que se manejan,
el tipo de intervención será distinto.
Por ello, es importante el examen crítico
de las distintas formas de análisis.
Cada una de ellas destaca algunos aspectos
y deja otros de lado.
Por lo tanto, las consecuencias son diversas.
Estos marcos analíticos se iniciaron
con el decenio de Naciones Unidas para la Mujer (1975-1985).
Se constituyeron a partir de la evolución de:
- la teoría acerca de las mujeres,
que luego llevó al concepto del género.
- la problemática de las mujeres y el género
en el ámbito de las intervenciones sociales
o las políticas de desarrollo.
Respecto de la práctica del desarrollo se marcan dos etapas:
- “Mujeres en el Desarrollo”, iniciada en la década de los años 70.
- “Género en el desarrollo”, a partir aproximadamente de los años 80.
A su vez, dentro de estas tendencias generales
se distinguen varios enfoques de cómo han sido
y aún son incorporadas las mujeres en el desarrollo:
Los distintos enfoques de análisis de género
conviven en el tiempo y en la práctica.
Se mantienen hasta hoy en día de diversas maneras,
según los actores que los implementen.
Por ejemplo:
- actores como organismos internacionales
- estados
- organismos no gubernamentales
- movimientos de mujeres
- feministas y organizaciones de base.