Leandra Leiva Macías, integrante de la Plataforma Justicia para Vanessa-Ni una Mujer Menos (Ecuador)
Son los derechos humanos relacionados con la vida sexual de todas las personas. No distinguen por razones étnico-raciales, accesos socioeconómicos, edad, sexo, orientación sexual o identidad de género. Fueron reconocidos por 179 estados en el Plan de Acción de Cairo (ONU), en el año 1994.
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Las mujeres no siempre deciden sobre sus cuerpos, sus vidas y su capacidad reproductiva. Muchas no pueden escoger si desean tener hijas e hijos, cuántos o cuándo, si usar métodos anticonceptivos o si interrumpir un embarazo no deseado. El orden social patriarcal se ha adueñado de la vida y de los cuerpos de las mujeres, sobre los que deciden desde las parejas o maridos hasta el Estado.
El ejercicio de estos derechos es limitado para las mujeres, ya que son ellas las principales responsables de sus hijas e hijos, según ordenan los roles y asignaciones de género tradicionales, que atribuyen a las mujeres las tareas relacionadas con la reproducción de la vida, el cuidado de sus familias y hogares, entre otras. Las que han decidido alejarse de las feminidades tradicionales y no viven su sexualidad bajo las normas obligadas a su sexo, como por ejemplo el 'deber ser madre', son violentadas de diversas formas. En ocasiones, incluso con resultado de muerte.
Estos derechos buscan también el acceso a una información completa, libre de obligaciones morales, laica y científica. La educación sexual sin prejuicios fomenta el respeto a la dignidad de las personas. Debe acompañarse de servicios de salud que impulsen el ejercicio de la sexualidad más allá del fin reproductivo y que reconozcan a las y los jóvenes como sujetos activos.
Las mujeres y jóvenes deben decidir libremente cómo vivir su sexualidad y disfrutar de ella plenamente, lo que incluye escoger con quién o quiénes gozarla, poder manifestar sus afectos en público y el derecho a la intimidad y la privacidad.
Los derechos reproductivos, que integran los derechos sexuales y que son los más apelados por los estados, siguen disociando la sexualidad de las mujeres, relacionándola directamente con la maternidad como mandato normativo heterosexual. Son tan importantes porque se refieren al cuerpo propio, primer espacio de lucha feminista, pensado como territorio autónomo. Pretenden en su progresividad reivindicar otras aristas de la dimensión sexual humana, como el derecho al placer, al deseo y a los orgasmos. Persiguen una revolución sexual que rompa con la regulación biopolítica del cuerpo de las mujeres y de los cuerpos feminizados.
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Derechos sexuales y derechos reproductivos
¿Qué son?
Son los derechos humanos relacionados con la vida sexual
de todas las personas.
Son los mismos para todas las personas, no distinguen por:
- razones de etnia o raza
- accesos socioeconómicos
- edad
- sexo
- orientación sexual
- identidad de género
Fueron reconocidos por 179 estados
en el Plan de Acción de Cairo (ONU), en el año 1994.
¿Qué defienden?
Las mujeres no siempre deciden sobre sus cuerpos,
sus vidas ni su capacidad reproductiva.
Por ejemplo, muchas no pueden escoger:
- si desean tener hijas e hijos
- cuántos o cuándo
- si usar métodos anticonceptivos
- si interrumpir un embarazo no deseado
Las vidas y los cuerpos de las mujeres son todavía propiedad
de sus parejas o maridos o incluso del Estado.
Las mujeres son responsables de la reproducción de la vida,
de sus hijas e hijos, del cuidado de sus familias y hogares, etc.
Esas tareas y roles son atribuidos a las mujeres
porque así se considera en la construcción del género tradicional.
Hay mujeres que han decidido no cumplir con esos roles tradicionales
y no viven su sexualidad bajo las normas obligadas a su sexo.
Por ejemplo, pueden ser violentadas de diversas formas
por el hecho de no querer ser madre.
En ocasiones, incluso con resultado de muerte.
¿Qué fomentan?
Estos derechos buscan también el acceso a una información que sea:
- completa
- libre de obligaciones morales
- sin contenido religioso
- científica
La educación sexual,
sin ideas y conceptos de cómo deben ser las cosas y las personas,
fomenta el respeto a la dignidad de las personas.
Los servicios de salud deben reconocer que:
- el ejercicio de la sexualidad va más allá que la reproducción.
- las y los jóvenes son sujetos activos de su sexualidad.
Las mujeres y jóvenes deben decidir libremente
cómo vivir su sexualidad y disfrutar de ella plenamente.
Significa que pueden:
- escoger con quién o quiénes gozarla
- manifestar sus afectos en público
- tener derecho a la intimidad y la privacidad
¿Por qué son importantes?
Los derechos reproductivos son parte de los derechos sexuales.
Los estados suelen ocuparse solamente de los derechos reproductivos
y raramente de los derechos sexuales.
No hablan de la sexualidad de las mujeres,
excepto para relacionarla directamente con la maternidad.
Así, refuerzan la imposición de la heterosexualidad
como la sexualidad normal.
Los derechos sexuales y reproductivos son tan importantes
porque se refieren al cuerpo propio, primer espacio de lucha feminista,
pensado como territorio autónomo.
Pretenden reivindicar otras líneas de la dimensión sexual humana,
como el derecho:
- al placer
- al deseo
- a los orgasmos
Persiguen una revolución sexual
que rompa con la gestión del poder político
sobre el cuerpo de las mujeres y los cuerpos feminizados.